Peregrinos de Esperanza es un ministerio católico dedicado a profundizar en la fe, la comunión y la gran comisión de llevar las Buenas Nuevas a todos los rincones del mundo. Inspirados por el llamado de Cristo a ser luz en el mundo, buscamos fortalecer la vida espiritual de cada persona que participa a través de formación bíblica, la oración y actividades que promuevan la unidad en la Iglesia.
Nuestro nombre refleja el camino de fe que recorremos juntos como peregrinos, confiando siempre en la esperanza que no defrauda, y que solo Dios puede ofrecer. En cada paso, celebramos la riqueza de nuestra tradición católica, abrazando nuestra misión de ser testigos del amor de Cristo en el mundo. Con un enfoque en la enseñanza y el acompañamiento espiritual, Peregrinos de Esperanza camina al lado de todos aquellos que anhelan crecer en su relación con Dios y vivir su fe con alegría y propósito.
Contamos con el apoyo del Excelentísimo y Reverendísimo Obispo John Noonan, de la Diócesis de Orlando, quien está consciente de la labor evangelizadora que nos sirve de norte. También contamos con la guía del Director Espiritual, el Rev. Miguel González, Rector de la Catedral de St. James en Orlando, FL.
Katia Caban
Fundadora | Directora Espiritual | Facilitadora
Katia es una líder cristiana apasionada por compartir al Señor con el mundo. Ella disfruta la alabanza, el tiempo con Dios, el estudio de las Escrituras y la contemplación como formas de mantener una relación cercana con el Maestro. Su vida ha estado marcada por numerosas peregrinaciones y misiones que reflejan su entrega a la fe y su vocación de servicio. Además de su dedicación profesional, como Ingeniera y Psicóloga Industrial, ella estudió su Maestría en Divinidad y hace estudios continuos para seguir buscando herramientas que le permitan ayudar a quienes están buscando. Katia encuentra su mayor propósito en guiar a otros en su camino espiritual y sirve como sacristán y mentora matrimonial junto a su esposo, Esteban.
“Peregrinos de Esperanza tomó forma en mi corazón durante un retiro. El llamado había llegado mucho antes, pero en mi vulnerabilidad, la respuesta flotaba sin aterrizar en una fecha concreta. Sí, había algo especial en el lugar, en la gente, en las charlas… e incluso en las circunstancias. Dios estaba allí, y yo lo buscaba con una pasión inexplicable. ¡Él me llamó, y lo único que podía hacer era decirle “SÍ”!
De esa manera, Él se apoderó de mi pluma, como quien tiene el poder de usarte, de moverte, de manifestarse… de crear en ti y a través de ti. Finalmente, estaba dispuesta a dejarme amar, a sentirme perdonada y a escoger ser su lienzo para que pudiera realizar Su obra en mí y a través de mí, para Su gloria. Así me rendí completamente a Sus pies. Como peregrina, ¿qué puede ser más hermoso que los pies de mi Jesús?”
— Katia Caban